El Bierzo vive momentos de tensión ante la proliferación de proyectos de macroparques eólicos y fotovoltaicos. 36 colectivos, que abarcan desde ayuntamientos hasta sindicatos y asociaciones ecologistas, se han unido en un frente común. Esta alianza se materializó en una reunión en el salón de la UNED de Ponferrada, con el objetivo de coordinar acciones de protesta.
La Fundación Prada a Tope, impulsora del manifiesto que denuncia el impacto de estos macroparques en el paisaje y suelo agrícola berciano, lidera esta movilización. Esta fundación, reconocida en la comarca, ha sido clara en su postura: apoyan la Transición Ecológica, pero no a costa del deterioro irreversible del paisaje berciano. Argumentan que El Bierzo no debe sacrificar su mayor valor, el paisaje, por proyectos que no garantizan beneficios tangibles para la región.
La preocupación radica en la ubicación de estas instalaciones en terrenos agrícolas, afectando directamente a la economía local. La Fundación Prada a Tope recalca que no se oponen a las energías renovables, pero sí al lugar elegido para su instalación, que afecta a zonas de viñedos centenarios y terrenos de regadío.
El Bierzo, conocido por sus vinos de renombre internacional y su rica tradición agrícola, ve en estos proyectos una amenaza directa. La fundación destaca que la eficiencia energética y el reto demográfico deben ser compatibles con el sector agrícola, que ha sido un revulsivo económico para la comarca.
Entre los colectivos que se han sumado a esta causa encontramos a ASAJA, BIERZO AIRE LIMPIO, CONSEJO REGULADOR DENOMINACIÓN DE ORIGEN BIERZO y FUNDACIÓN PRADA A TOPE, entre otros. Todos ellos, con un objetivo común: defender El Bierzo y su riqueza natural y agrícola.
