El Ayuntamiento de Ponferrada se ha visto envuelto en una nueva polémica debido a la ausencia de una declaración institucional contra la violencia de género. Este hecho, que marca un punto negro en la historia del consistorio, ha generado un malestar palpable, especialmente en las filas de partidos y asociaciones bercianas. La concejala Susana Rivada, del PSOE, único partido actualmente en la oposición, ha remarcado y criticado la evidente influencia de Vox en la gobernabilidad de la ciudad.
Históricamente, independientemente del partido en el poder, el Ayuntamiento siempre había emitido una declaración en el pleno ordinario de noviembre, coincidiendo con el Día Internacional contra la Violencia de Género. Sin embargo, este año, la negativa de Vox a respaldar dicha declaración ha roto este consenso. Rivada acusa al PP y a la Coalición por el Bierzo de alinearse con los postulados negacionistas de la violencia de género de la ultraderecha, asumiendo una postura que considera un retroceso en los derechos y avances logrados por las mujeres.
La situación en Ponferrada refleja una tensión creciente en el ámbito político, donde las decisiones de un partido pueden tener un impacto significativo en la dinámica de gobernabilidad. La influencia de Vox, según Rivada, se extiende más allá de este incidente, afectando la participación de asociaciones y entidades en los actos organizados por el Ayuntamiento para conmemorar este día tan significativo.
Este acontecimiento ha despertado preocupaciones sobre la dirección en la que se está moviendo la política local en Ponferrada de la mano de Morala, Alonso y la ultraderechista de VOX Patricia González. La ausencia de una declaración institucional contra la violencia de género es vista como un agravio a los desafíos que enfrentan las mujeres en la lucha por sus derechos y el reconocimiento de sus problemas.