Lillo del Bierzo y Otero de Naraguantes se han unido en una voz colectiva contra la propuesta de establecer un macroparque fotovoltaico en la Gran Corta de Fabero. Esta iniciativa, impulsada por la Distribuidora Eléctrica del Sil, busca instalar una infraestructura con una potencia de 10 MV.
La controversia radica en la historia de estas tierras. Durante la década de 1990, muchos residentes de estas localidades se vieron forzados a vender sus propiedades, algunas bajo la amenaza de expropiación, para la extracción de carbón, considerado entonces un recurso estratégico nacional. Estos terrenos, que una vez albergaron prados y tierras de cultivo, se convirtieron en zonas de extracción minera.
Sin embargo, hubo un acuerdo. En los contratos de expropiación, se estipuló que después de 25 años, estas tierras serían devueltas a sus propietarios originales. Este período ya ha transcurrido, y los residentes y las Juntas Vecinales demandan que se cumpla lo pactado.
El proyecto de la Distribuidora Eléctrica del Sil ha entrado en fase de información pública, con un período de alegaciones abierto por veinte días hábiles. Durante este tiempo, los afectados han expresado su preocupación, señalando que parte de la infraestructura propuesta se superpone con sus propiedades.
La comunidad local insiste en que, antes de que se apruebe cualquier proyecto, las tierras deben ser devueltas a sus legítimos dueños. Esta demanda ha sido respaldada por el Defensor del Pueblo, quien ha admitido a trámite el recurso presentado por los vecinos.
La situación actual pone de manifiesto la importancia de respetar los acuerdos y de considerar las voces y derechos de las comunidades locales al planificar proyectos de gran envergadura.
Foto: Hovallef.