La Asociación de Vecinos de Compostilla ha manifestado una profunda decepción ante la decisión del alcalde, Marco Morala, de suspender el anhelado proyecto del bosque urbano. Este proyecto no solo prometía embellecer el paisaje sino también sanar las heridas de un barrio que ha convivido con la escombrera de carbón durante décadas.
El bosque urbano, más que una simple zona verde, simbolizaba la reconciliación de Compostilla con su entorno y la redención de una deuda histórica. La transformación de la montaña de carbón en un pulmón para la ciudad se ve ahora truncada, dejando tras de sí un manto de incertidumbre y descontento.
Los vecinos recalcan que el proyecto era una oportunidad para mitigar las emisiones de la central de calor y revitalizar la zona, integrando el barrio con el centro de la ciudad. La Asociación de Vecinos de Compostilla reivindica el bosque urbano, un proyecto que consideran vital para el desarrollo sostenible y la calidad de vida en la región.
La suspensión ha generado un clima de desconfianza hacia la administración municipal, cuestionando su compromiso con la sostenibilidad y el bienestar ciudadano. La Asociación insta a Morala a reconsiderar y retomar las riendas de un proyecto que va más allá de la estética, es un grito por la justicia ambiental y la salud pública.
El alcalde, por su parte, ha desviado la atención hacia otros proyectos, como un Museo de Arte Sacro y un mirador en la Basílica de la Encina, dejando en el aire el futuro del bosque urbano. La Asociación de Vecinos de Compostilla reivindica el bosque urbano, no sólo como un derecho sino como un legado para las futuras generaciones.
