En Ponferrada, las cifras tienen un latido que se siente en el bolsillo. Marco Morala, recién estrenado alcalde, es la figura que despierta controversia en los corredores del poder municipal. De manera sorprendente, Morala se sube el sueldo casi 15.000€, pasando de los 60.702,71€ a 75.504,72€. Para que nos entendamos, es un 24,38% más que lo que cobraba su predecesor, Olegario Ramón.
Ahora, pasemos a la orquesta detrás del director. Las dedicaciones del Partido Popular toman un tono ascendente. Se habla de un incremento en casi 10.000€, dos exclusivas, tres al 90%, dos al 80%, tres al 75% y cuatro al 50%. ¿El resultado? Un aumento del 21% en cada dedicación. Y por si fuera poco, hay puestos de nuevo cuño: jefe de gabinete y coordinador de competencias no delegadas, ambos con la nada despreciable suma de 27.129,52€.
El PSOE ha levantado la voz, y su eco resuena. Olegario Ramón, disecciona la situación hablando de desvergüenzas políticas y de escándalos. Añade que el nuevo equipo parece abrazar el máximo que permite la ley, como un niño abrazaría a su juguete favorito.
Sumemos, pues. El coste político da un salto acrobático: un incremento del 103,16%. ¿En números? Pues, de 441.189,83€ con el PSOE a 896.353,55€ en la nueva legislatura.
Pero la trama se engrosa. Morala y sus planes para la creación de institutos de Formación y Empleo, y de Cultura, dan pie a un baile de dudas y contraargumentos. Los informes técnicos favorables, agitados como banderas por Morala, se enfrentan a la implacable crítica de Ramón.
Los institutos, aún en el limbo, hacen que Ramón cuestione la preparación de los ediles de Vox, y teme que la igualdad quede relegada a un oscuro rincón.