En busca de una solución provisional a la situación de Embutidos Santa Cruz, cuya fábrica en el polígono de San Román quedó arrasada por un incendio, un secadero de jamones y embutidos en Astorga, actualmente sin uso, se vislumbra como un rayo de esperanza. Salvo dos empleados que se mantienen en funciones, el resto de los 25 trabajadores de la compañía ya se encuentran bajo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Esta es una de las medidas que ha podido adoptar el propietario, José Antonio Otero, desde la catastrófica quema que ocurrió hace once días. Otero confirma que las infraestructuras ofrecidas en alquiler poseen los espacios de curación y las estancias de refrigeración requeridas para continuar proveyendo a las nueve tiendas existentes en Barcelona, Madrid y Bembibre. Asimismo, ha logrado localizar equipos que puede rentar para equipar completamente las instalaciones.
En realidad, el matadero municipal de Bembibre, propuesto por la alcaldesa, no dispone de la capacidad necesaria para manejar la cantidad de embutidos y productos curados que procesa Santa Cruz. Aun así, Otero ha solicitado a Silvia Cao que lo mantenga en reserva en caso de que sea útil como espacio de almacenamiento adicional.
Entretanto, la empresa aguarda la obtención de las vías de financiamiento requeridas para alcanzar liquidez. Héctor Gómez, Ministro de Industria, se ha puesto en contacto desde el gobierno central, proponiendo su asesoramiento para continuar con el proyecto. En cuanto a Otero, continúa sin conocer el total de las pérdidas y aún se desconoce la causa exacta del fuego.