Pedro Muñoz, exconcejal de Ponferrada y exalcalde de Toreno, se encuentra en el ojo del huracán judicial. En la Audiencia Provincial de León, su juicio ha llegado a un punto crítico. Acusado de tentativa de asesinato, maltrato, amenazas, injurias, violencia familiar y habitual, y lesiones contra Raquel Díaz, su expareja, Muñoz defiende su inocencia. Las acusaciones, tanto del Ministerio Fiscal como particulares, se mantienen firmes, exigiendo penas que oscilan entre los 18 y 23 años de prisión.
La fiscalía sostiene que Muñoz es indudablemente culpable, apoyándose en una serie de pruebas que incluyen hasta 17 lesiones documentadas en informes forenses. Estas lesiones, según la acusación, son el resultado de un episodio violento ocurrido la noche del 27 de mayo de 2020. En este incidente, Raquel afirma haber sido agredida por Muñoz, quien la habría arrojado por la terraza de su residencia, causándole paraplejia y graves secuelas.
Por otro lado, la defensa de Muñoz argumenta la falta de lógica en las acusaciones. Subrayan que, de querer acabar con la vida de Raquel, no tendría sentido que Muñoz autorizara una intervención quirúrgica de emergencia en lugar de optar por la donación de órganos. Además, destacan contradicciones significativas en las declaraciones de la víctima y en sus testimonios previos.
El propio Muñoz ha ejercido su derecho a la última palabra, enfatizando su inocencia y describiendo su relación con Raquel como tóxica y manipuladora. Asegura haber sido controlado y difamado, lo que lo llevó a una situación de encarcelamiento injusta.
Mientras tanto, la acusación particular atribuye a Muñoz un «indiscutible ánimo de matar», basándose en su creencia de que había logrado asesinar a Raquel. Esta acusación se ve reforzada por las agravantes de alevosía y ensañamiento. Además, se han solicitado indemnizaciones que ascienden a más de 2 millones de euros para la víctima.